MOLINO DE INSUA

 Nos encontramos ahora en el molino de Insua, uno de los últimos molinos de nuestra ruta. Como podemos apreciar, de este molino tan sólo quedan sus ruinas pero nos muestra perfectamente por donde entraba la corriente del agua que hacía mover las piedras para moler el producto en cuestión.
Se llama molino de Insua en honor al apellido de la la molinera que habitaba la edificación, y aunque sus descendientes siguen viviendo en el pueblo, no han querido conservar el molino en buen estado.
Por lo tanto, este es el resultado del paso del tiempo, de las lluvias y viento y por supuesto del paso del caudal del Río Grande y de la vegetación.
Aún así, con todo esto, nos podemos imaginar como sería en sus tiempos de explendor.